Todo fue diversión y juegos hasta … que el International Journal of Mental Health and Addiction clasificó la toma obsesiva de selfies como una enfermedad mental real e incluso tiene un nombre: “selfitis”.
Lo curioso es que hace solo unos años, en 2014, una noticia falsa firmaba que la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) decía que la selfitis era un nuevo trastorno mental, y ahora es real. La investigación es obra de Janarthanan Balakrishnan de la Escuela de Administración Thiagarajar en Madura, India, y Mark D. Griffiths de Nottingham Trent University en Nottingham, Reino Unido.
El estudio establece una Escala de Comportamiento de Autismo (SIS) que pone a las personas que se toman selfies de manera obsesiva en diferentes categorías, dependiendo de la gravedad de su “condición”.
Aquí hay un desglose completo de la clasificación:
225 estudiantes de la India fueron examinados en el estudio y se clasificaron en tres grupos: “Selfitis” límite, aguda y crónica. Puede sonar gracioso, pero este estudio encontró que el 9% de los participantes tomaron más de 8 selfies por día y el 25% compartió tres o más en las redes sociales.
“Típicamente, aquellas personas que sufren de falta de confianza en sí mismos buscan ‘encajar’ con quienes los rodean y pueden mostrar síntomas similares a otros comportamientos potencialmente adictivos”, dijo Balakrishnan para el New York Post.
“Ahora que la existencia de la condición parece haber sido confirmada, se espera que se lleven a cabo nuevas investigaciones para comprender más acerca de cómo y por qué las personas desarrollan este comportamiento potencialmente obsesivo y qué se puede hacer para ayudar a las personas más afectadas.”